La malanga, también conocida como taro, es una raíz comestible que pertenece a la familia de las Aráceas. Tiene una piel marrón áspera y una pulpa blanca o morada, dependiendo de la variedad. Es un tubérculo popular en muchas culturas culinarias debido a su versatilidad y su sabor suave y terroso.
 

La malanga se puede cocinar de varias maneras. Se puede hervir, asar, freír o cocinar al vapor. Se utiliza en una variedad de platos, como sopas, guisos, purés, frituras y platos de acompañamiento. También se puede rallar y usar como sustituto de la papa en recetas de tortillas o pasteles.

Las malangas deben almacenarse en un lugar fresco y oscuro, preferiblemente en una bolsa de papel o una caja perforada en el refrigerador. Se mantendrán frescas durante aproximadamente una semana.
 

Evita almacenarlas en la nevera durante períodos prolongados, ya que pueden volverse suaves y comenzar a brotar.

La malanga es originaria del sudeste asiático, pero se ha cultivado en todo el mundo durante siglos. Es un alimento básico en muchas cocinas del Caribe, América Latina, África y Asia.