La árnica es una planta herbácea perenne que se utiliza tradicionalmente en la medicina herbal por sus presuntas propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Se elabora a partir de las flores secas de la planta y se utiliza en diversas formas, incluyendo ungüentos, aceites, tinturas y cremas.
 

La árnica no se utiliza típicamente en la cocina debido a su naturaleza medicinal y su toxicidad potencial. Se consume principalmente en forma de preparaciones tópicas para el alivio del dolor, los hematomas y la inflamación.

Las flores de árnica se secan antes de su envasado y almacenamiento para preservar su potencia y eficacia. Deben almacenarse en un lugar fresco, seco y protegido de la luz solar directa para mantener su calidad y evitar la degradación de los compuestos activos.

La árnica es nativa de Europa y se encuentra comúnmente en áreas montañosas y boscosas. También se cultiva en otras regiones del mundo por sus usos medicinales y ornamentales.